Novena de Pentecostés – Segundo Día

Ven, Espíritu Creador

Ven, Espíritu Creador, visita las almas de tus fíeles
y llena de la divina gracia los corazones, que Tú mismo creaste.

Tú eres nuestro Consolador, don de Dios Altísimo,
fuente viva, fuego, caridad y espiritual unción.

Tú derramas sobre nosotros los siete dones; Tú, el dedo de la mano de Dios;
Tú, el prometido del Padre; Tú, que pones en nuestros labios
los tesoros de tu palabra.

Enciende con tu luz nuestros sentidos; infunde tu amor en nuestros corazones;
y, con tu perpetuo auxilio, fortalece nuestra débil carne,
aleja de nosotros al enemigo, danos pronto la paz,
sé Tú mismo nuestro guía, y puestos bajo tu dirección,
evitaremos todo lo nocivo.

Por Ti conozcamos al Padre, y también al Hijo;
y que en Ti, Espíritu de entrambos, creamos en todo tiempo.,

Gloria a Dios Padre, y al Hijo que resucitó, y al Espíritu Consolador,
por los siglos infinitos.  Amén.

 

Segundo Día

LECTURA

Todos los que son conducidos por el Espíritu de Dios son hijos de Dios.Y ustedes no han recibido un espíritu de esclavos para volver a caer en el temor, sino el espíritu de hijos adoptivos, que nos hace llamar a Dios Padre. (Rom 8,14-15)

SÚPLICA
Oh santo, divino Espíritu, amor eterno del Padre y del Hijo, nuestro Dios y santificador, te adoramos y te agradecemos por tu presencia en el mundo, en la Iglesia, en nosotros. Te pedimos perdón por todas las veces que te hemos lastimado en nosotros y en el prójimo, por todas las veces que hemos resistido tu acción más dulce en nosotros y en los demás. Ven Espíritu, como en el día de Pentecostés:

– Ven, fuente de gracia, sobre los obispos y sacerdotes.
– Ven, fuente de santidad, sobre lo religioso,
– Ven, sello de vida nueva, sobre todos los fieles.
– Ven, bálsamo de misericordia, sobre los pecadores.
– Ven, luz de verdad, sobre todos los hombres.
– Desciendes del corazón de la Trinidad, por intercesión de la Virgen María, y ven a nosotros.

1. Ven, Espíritu de Sabiduría, separanos de las cosas del mundo y nos haganos gustar y amar los bienes celestiales.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.

Envía, oh Señor, tu Espíritu,
– Por la intercesión de María.

2. Ven, Espíritu de Entendimiento, ilumina nuestra mente con la luz de la verdad eterna y llenalas de santas intenciones.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.

Envía, oh Señor, tu Espíritu,
– Por la intercesión de María.

3. Ven, Espíritu de Consejo, haznos dóciles a tus inspiraciones y guíanos en el camino de la salvación.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.

Envía, oh Señor, tu Espíritu,
– Por la intercesión de María.

4. Ven, Espíritu de Fortaleza, danos fuerza y constancia en la práctica del bien y en la lucha contra el mal.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.

Envía, oh Señor, tu Espíritu,
– Por la intercesión de María.

5. Ven, Espíritu de Ciencia, revelanos los secretos de Dios y abre nuestra mente a la contemplación del cielo.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.

Envía, oh Señor, tu Espíritu,
– Por la intercesión de María.

6. Ven, Espíritu de Piedad, enséñanos a orar. Invade y purifica nuestros sentidos y nuestros afectos.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.

Envía, oh Señor, tu Espíritu,
– Por la intercesión de María.

7. Ven, Espíritu del Santo Temor, danos el rechazo del pecado y el deseo de agradar a Dios solo.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.

Envía, oh Señor, tu Espíritu,
– Por la intercesión de María.

ORACIÓN
Oh Dios, Padre nuestro, que a través de tu Hijo has enviado el Espíritu Santo a tu Iglesia
para guiarla, confirmarla y apoyarla, también derrama sus santos dones sobre nosotros
para que, con su fuerza, caminamos alegremente por el camino de la salvación.
Por Cristo nuestro Señor. Amén.