
Queridos,
¡Qué emoción escuchar “Habemus Papam”!
Palabras antiguas y siempre nuevas, palabras que siempre marcan un nuevo comienzo. La alegría es grande, porque el Señor cuida de su Esposa, la Santa Madre Iglesia y el Espíritu Santo actúa siempre y obra con sorprendente sabiduría y sencillez. Papa León XIV, un nombre, una misión en continuidad que sabe abrirse de manera inteligente, creativa y sabia, a los desafíos del presente abierto al futuro.
No ignora lo que fue, sino que entra con equilibrio en lo que el presente pide e implora ayuda: la Paz de Cristo y no la del mundo, la guía segura de Cristo según la verdad y la justicia.

La primera palabra del Papa León XIV fue el saludo de Cristo Resucitado: ¡La paz esté con ustedes!
Un saludo que da consuelo a nuestras almas, turbadas y asustadas por acontecimientos de abuso y confusión, nos ha animado proponiendo un camino «sinodal» no un fin en sí mismo, sino un instrumento para ser «cristiano con ustedes y Obispo para ustedes», como enseña san Agustín, caminando juntos siguiendo al Resucitado.
La palabra final ha está sancionada por la fecha mariana, el 8 de mayo, antiguo día dedicado a San Miguel y elegido por el Beato Bartolo Longo para el rezo de la súplica a la Virgen de Pompei, todo está sancionado con el Ave María, la oración que nos hace a todos iguales, a todos hijos ante la Virgen María, Madre de Dios, a la vez pueblo de Dios y su Cabeza visible, el Papa.
El Ave María es la oración que hace nacer, hacer crecer y proteger el Cuerpo de Cristo que es la Iglesia.

Iniciamos un nuevo capítulo de nuestra historia, como hijos de la Iglesia de siempre, rezamos por León XIV y con María Virgen del Apocalipsis volvemos a ponernos en camino: con María, Madre de la Iglesia, tendremos éxito en todas nuestras empresas.
Dios nos bendiga
y que la Virgen nos proteja