Novena a la Virgen de la Revelación

Novena
La Novena a la Virgen de la Revelación está dedicada a María Santísima venerada en la gruta de las Tres Fuentes, ubicada en Roma en la via Laurentina, 400.

Esta novena se puede rezar directamente a la gruta, para aquellos que están en Roma, o frente a una imagen de la Virgen de la Revelación.

Primer día de la Novena: “No dejen el Santo Rosario! Yo estoy con ustedes siempre para ayurdarvos”.
Segundo día de la Novena: “Todos aquellos que se ponen bajo de mi manto verde de la misericordia serán ptoejidos directamente por mi”.
Tercer día de la Novena: “Las Ave Marias que dicen con fé y amor son como flechas doradas que llegan al Corazón de Jesús”.
Cuarto día de la Novena: “Llamemne Madre. Yo soy la Madre del puro clero, la Madre del santo clero, la Madre del fiel clero, la Madre del unido clero, la Madre del viviente clero”.
Quinto día de la Novena: “Te han salvado los Nueve Viernes del Sagrado Corazon de Jesus, promesa divina, que hiciste antes de entrar en la via de la mentira y hacerte enemigo de Dios, un enemigo cruel sin fundamento”.
Sexto día de la Novena: “Sean misioneros de la Palabra de Verdad”
Séptimo día de la Novena: “Yo convertiré los mas obstinados con milagros que haré con esta tierra de pecado. Para Dios es muy importante la conversion del pecador obstinado”.
Octavo día de la Novena: “Canta con alegría, leas la Verdad y salmea también en el dolor. Reza en las alegrias y en las pensa, reza siempre, la orazión es el oxígeno del espirutu”.
Noveno día de la Novena: “Soy la que soy en la trinidad Divina, soy la Virgen de la Revelacion. Amor del Padre, porque soy hija, amor del Hijo porqué soy Madre y amor del Espiritu Santo porqué soy esposa”.

 

La Súplica a la Virgen de la Revelación
Virgen Santísima de la Revelación que estás en la Trinidad Divina dígnate, te rogamos dirigirnos tu mirada misericordiosa y benigna.
¡Oh Maria!, tu eres nuestra gran abogada junto a Dios que con esta tierra de pecado obtienes gracia y milagros para la conversión de los incrédulos y pecadores.
Haz que obtengamos de tu Hijo Jesús la salvación del alma, la salud el cuerpo y las gracias que estamos necesitando.
Concede a la Iglesia y a su jefe el Romano Pontífice, la alegría de ver la conversión de los enemigos, la propagación del Reino de Dios en la tierra, la unidad de los creyentes en Cristo, la paz de las naciones; para que podamos amarte y servirte en esta vida y merezcamos verte algún día y darte gracias eternamente en el cielo. Amén