Incesante Súplica a la Virgen de la Revelación

15 minutos de oración por la Incesante Súplica

Para conmemorar el 76 aniversario de la aparición de la Virgen de la Revelación, pidamos a María la gracia de interceder por nosotros ante el Padre para obtener una paz duradera para nuestra vida y para el mundo entero.

Permanezcamos todos unidos espiritualmente para que fuertes en la fe, en la esperanza y en la caridad podamos afrontar estos tiempos difíciles. La Virgen de la Revelación nos aseguró: “No tengan miedo. Estaré con ustedes con mi corazón de madre para dar coraje al vuesto”. Que la mujer que cantó el Magníficat nos conduzca a la alegría de la verdadera esperanza.

Súplica Letánica

     ¡Ábrenos a la esperanza, oh Señor!

Si el pecado nos oprime,

¡Ábrenos a la esperanza, oh Señor!

Si el odio cierra nuestros corazones,

¡Ábrenos a la esperanza, oh Señor!

Si el dolor nos visita,

      ¡Ábrenos a la esperanza, oh Señor!

Si la indiferencia nos angustia,

¡Ábrenos a la esperanza, oh Señor!

Si la muerte nos amenaza,

¡Ábrenos a la esperanza, oh Señor!

 

 

Suplica a la Virgen de la Revelación

Virgen Santísima de la Revelación, que estás en la Trinidad Divina, te rogamos que vuelvas hacia nosotros tu mirada Misericordiosa y benigna. Oh María, Tú que eres nuestra poderosa abogada ante Dios, Tú que con esta tierra de pecado
obtienes gracias y milagros para la conversión de los incrédulos y de los pecadores, haz que obtengamos de tu Hijo Jesús, junto con la salvación del alma, la salud del cuerpo y las gracias que necesitamos.

(Momento de silencio para las intenciones personales)

Concede a la Iglesia y al santo Padre, el Romano Pontífice, el gozo de contemplar la conversión de sus enemigos, la difusión del Reino de Dios por toda la tierra, la unidad de los creyentes en Cristo y la paz de las naciones, para que podamos amarte, y servirte mejor en esta vida y merecer un día gozar de Tu amor y darte gracias eternamente en el cielo. Amén.

Nihil Obstat
† Hilario, Obispo

Salve
Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra; Dios te salve. A ti llamamos los desterrados hijos de Eva; a ti suspiramos, gimiendo y llorando en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos; y después de este destierro, muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh, clementísima, oh piadosa, oh dulce Virgen María!

Virgen de la Revelación, ruega por nosotros y dónanos el amor de Dios.