Primer día – Triduo a los Apóstoles Pedro y Pablo

Al cabo de una prolongada discusión, Pedro se levantó y dijo: «Hermanos, ustedes saben que Dios, desde los primeros días, me eligió entre todos ustedes para anunciar a los paganos la Palabra del Evangelio, a fin de que ellos abracen la fe. Y Dios, que conoce los corazones, dio testimonio en favor de ellos, enviándoles el Espíritu Santo, lo mismo que
a nosotros. El no hizo ninguna distinción entre ellos y nosotros, y los purificó por medio de la fe.
(Hch 15, 7-9)

Pero cuando Dios, que me eligió desde el seno de mi madre y me llamó por medio de su gracia, se complació en revelarme a su Hijo, para que yo lo anunciara entre los paganos, me fui a Arabia y después regresé a Damasco. Tres años más tarde, fui desde allí a Jerusalén para visitar a Pedro. (Gal 1, 15-16a. 17b-18a)

Meditación

De los santos Pedro y Pablo, el mensaje de Cristo nos llegó en la forma más autoritaria y venerable. A través de ellos tenemos muchas páginas inolvidables del Nuevo Testamento. A través de ellos tenemos la fe profesada con autoridad que, debido a su carácter unitario se llama romana, no para ser geográficamente limitada (cf. Rom 1, 8) sino para calificarse mejor como católica. El amor por los apóstoles Pedro y Pablo nos ayudará a comprender mejor cómo la fidelidad firme y filial a este bendito asiento romano no restringe las dimensiones universales de la Iglesia de Cristo, no mortifica la vitalidad y originalidad de las comunidades repartidas por todo el mundo, no impone restricciones legales innecesarias y pesadas; pero establece las bases firmes y seguras del edificio eclesiástico, ofrece el punto honorable e indiscutible de la unidad católica y nutre la caridad de la familia cristiana ( San Pablo VI, Audiencia general, 28 de junio de 1966).

Santos Pedro y Pablo, por Jusepe de Ribera, c.1612.

Invocaciones

Tú que rogaste por Pedro para que no se apagara su fe, da firmeza a la fe de tu Iglesia.
Santos Pedro y Pablo, unidos en la gloria del Cielo, rueguen por nosotros.

Tú que, después de la resurrección, te apareciste a Simón Pedro y te revelaste a Saulo, ilumina nuestras mentes para que confesemos tu Resurrección.
Santos Pedro y Pablo, unidos en la gloria del Cielo, rueguen por nosotros.

Tú que elegiste al apóstol Pablo para que anunciara tu nombre a los paganos, haz de nosotros verdaderos apóstoles de tu Evangelio.
Santos Pedro y Pablo, unidos en la gloria del Cielo, rueguen por nosotros.

Tú que misericordiosamente perdonaste las negaciones de Pedro, perdónanos también nuestras culpas y pecados.
Santos Pedro y Pablo, unidos en la gloria del Cielo, rueguen por nosotros.

Padre nuestro,
Ave María,
Gloria al Padre.

Oración
Dios nuestro, que nos llenas de santa alegría con la solemnidad de los santos apóstoles Pedro y Pablo, haz que tu Iglesia se mantenga siempre fiel a las enseñanzas de estos apóstoles, de quienes recibió el primer anuncio de la fe. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.