Tercer día – Triduo a los Apóstoles Pedro y Pablo

Simón, mira que Satanás ha pedido poder para zarandearlos como el trigo, pero yo he rogado por ti, para que no te falte la fe. Y tú, después que hayas vuelto, confirma a tus hermanos». (Lc 22, 31-32).

Yo ya estoy a punto de ser derramado como una libación, y el momento de mi partida se aproxima: he peleado hasta el fin el buen combate, concluí mi carrera, conservé la fe. Y ya está preparada para mí la corona de justicia, que el Señor, como justo Juez, me dará en ese Día, y no solamente a mí, sino a todos los que hay aguardado con amor su Manifestación. (2Tim 4, 6-8).

Meditación

La Iglesia une en una sola celebración a Pedro jefe de la iglesia y a Pablo apóstol de las gentes. Uno y otro son el fundamento vivo de la Iglesia plantada con las fatigas de su predicación incesante y fecunda, por fin, con su martirio. […] ¿Qué gracias les daremos, oh bienaventurados apóstoles, por tantas fatigas como por nosotros han soportado? Me acuerdo de ti, oh Pedro, y quedo atónito; me acuerdo de ti, oh Pablo y… me deshago en lágrimas. No sé qué decir, ni sé proferir palabra contemplando sus sufrimientos. ¡Cuántas prisiones han santificado, cuántas cadenas honrado, cuántos tormentos sostenido, cuántas maldiciones tolerado! ¡Qué lejos han llevado a Cristo! ¡Cómo han alegrado las iglesias con su predicación! (S. Juan Crisóstomo, Sermone, de Metafraste 59, 494).

Invocaciones

Tú que rogaste por Pedro para que no se apagara su fe, da firmeza a la fe de tu Iglesia.
Santos Pedro y Pablo, unidos en la gloria del Cielo, rueguen por nosotros.

Tú que, después de la resurrección, te apareciste a Simón Pedro y te revelaste a Saulo, ilumina nuestras mentes para que confesemos tu Resurrección.
Santos Pedro y Pablo, unidos en la gloria del Cielo, rueguen por nosotros.

Tú que elegiste al apóstol Pablo para que anunciara tu nombre a los paganos, haz de nosotros verdaderos apóstoles de tu Evangelio.
Santos Pedro y Pablo, unidos en la gloria del Cielo, rueguen por nosotros.

Tú que misericordiosamente perdonaste las negaciones de Pedro, perdónanos también nuestras culpas y pecados.
Santos Pedro y Pablo, unidos en la gloria del Cielo, rueguen por nosotros.

Padre nuestro,
Ave María,
Gloria al Padre.

Oración
Dios nuestro, que nos llenas de santa alegría con la solemnidad de los santos apóstoles Pedro y Pablo, haz que tu Iglesia se mantenga siempre fiel a las enseñanzas de estos apóstoles, de quienes recibió el primer anuncio de la fe. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.